Los niños también pueden sufrir depresión y se puede presentar en distintos grados y duración. Se le puede calificar como enfermedad cuando permanece por un largo tiempo e interfiere con la actividad del niño.
Cuando un niño ha experimentado alguna pérdida, esta viviendo algún proceso de abuso ya sea físico, emocional o sexual, maltrato, y en general vive con mucha ansiedad, o con mucho miedo, es propenso a caer en un cuadro de depresión infantil.
Debemos estar atentos a cuando un niño presente alguno de estos síntomas:
Hay que estar especialmente atentos si el niño expresa ideas suicidas. No se les debe desestimar ni pasar por alto.
Muchas veces al cuadro de depresión infantil le sigue la caída en adicciones, como la drogadicción, el alcoholismo, la bulimia y la anorexia.
Ahora, no siempre un niño deprimido cae en un cuadro de inactividad o indiferencia. Muchas veces la mala conducta de un niño, ya sea en la casa o en la escuela, es debida a un cuadro de depresión. Es una forma de exteriorizar su malestar y su infelicidad.
También es necesario mencionar que la depresión no siempre tiene su origen en factores propios de la familia o del ambiente que le rodea, sino que también puede deberse a problemas neurológicos y endocrinológicos. Es decir, problemas a nivel cerebral y de glándulas. Esto puede ser influido por un factor de herencia.
El ambiente escolar es de particular interés en un cuadro depresivo. El rendimiento escolar puede ser síntoma o bien puede ser motivo, para presentar un cuadro depresivo. La escuela marca el primer compromiso y responsabilidad del niño en su vida y ante la sociedad, lo que es causa especial de estrés debido a la presión por tener un rendimiento adecuado.
O bien, si en el núcleo familiar o cualquier otro ámbito donde el niño participe le presenta un cuadro depresivo, se puede ver reflejado en el rendimiento escolar del niño.
Tratar con un cuadro de depresión infantil puede ser difícil, sobre todo si el origen se encuentra al interior del núcleo familiar. En casos graves la depresión puede llegar al suicidio. Es por ello que lo más aconsejable es que si se sospecha de un cuadro de depresión en el niño se recurra a buscar ayuda profesional.
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